Artrosis de cadera

La artrosis (también llamada osteoartritis) de cadera es la enfermedad degenerativa de la articulación. La cadera es una articulación tipo bola-cesta que admite muy pocas variaciones en su anatomía para ofrecer una función adecuada. Cuando se afecta por la artrosis, la superficie lisa y deslizante (llamada cartílago articular) que recubre la cabeza del fémur y la cavidad cotiloidea de la pelvis donde ésta se aloja, se desgasta y dificulta la movilidad, produciendo alteraciones mecánicas e inflamación que cursa inicialmente en “brotes”. Esto se traduce en forma de rigidez y dolor localizado fundamentalmente en la región de la ingle y el glúteo. Con el tiempo, el cartílago articular va desapareciendo, aumentando la discapacidad y el dolor y siendo necesaria la sustitución por una prótesis.

Causas:

La artrosis de cadera suele afectar a pacientes de mediana o avanzada edad. En algunos casos, existe una causa conocida que ha favorecido el desgaste articular, como una fractura previa, el choque femoroacetabular o la displasia de cadera. En muchos otros, se desconoce el motivo por el que se produce la artrosis, a pesar de que existe un cierto grado de desgaste natural asociado a la edad.

artrosis de cadera - Alai Sports Medicine Clinic

Tratamiento:

El tratamiento inicial de la artrosis de cadera se centra en la modificación de ciertos estilos de vida cuando éstos pueden estar influyendo en el proceso artrósico, como la obesidad y determinadas patologías médicas. La fisioterapia y los analgésicos pueden ayudar a controlar los síntomas como la rigidez y el dolor, y son relativamente eficaces en estadios iniciales. Cuando estas medidas no son efectivas, las infiltraciones intra-articulares pueden jugar un papel a la hora de controlar los síntomas durante un periodo de tiempo. En estados avanzados o cuando los anteriores tratamientos no funcionan, el tratamiento de elección es la cirugía mediante prótesis de cadera.

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Artrosis de cadera y deporte:

En los últimos tiempos, se ha observado un aumento en el diagnóstico de artrosis de cadera en pacientes jóvenes. Esto es debido a múltiples factores, entre los cuales se ha identificado el choque femoroacetabular, que a su vez de se ha relacionado con la práctica de determinados deportes. Por eso, son muchos los pacientes menores de 45-50 años que hoy en día requieren la implantación de una prótesis articular para devolverles la función de la cadera. Dentro de ellas, existen diseños especialmente indicados para pacientes con mayor demanda funcional o necesidad de preservar más hueso para futuros recambios de prótesis (prótesis de recubrimiento o resurfacing y vástagos cortos respectivamente). Además, los abordajes mínimamente invasivos permiten una recuperación mejor y más rápida.

Resurfacing de cadera:

Este tipo de prótesis de cadera permite una máxima preservación de hueso y una función especialmente pensada para pacientes jóvenes con mayor actividad. Existen unas limitaciones inherentes al diseño y material de la misma que no permiten su uso en todos los pacientes con artrosis de cadera, por lo que es importante individualizar los casos. Este modelo de prótesis está pensado también para permitir una mejor función en caso de necesidad de recambio a una prótesis convencional.

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Abordaje anterior (mínimamente invasivo):

Pese a que fue descrito hace ya tiempo, el abordaje anterior de cadera (abordaje de Hueter) ha demostrado grandes ventajas en su uso para la implantación de una prótesis de cadera debido a que no precisa cortar ningún músculo. Consiste en una aproximación a la articulación a la cadera por la parte anterior de la misma, es decir, la región inguinal. Mediante una incisión menor que la de los abordajes convencionales, se puede acceder a la cadera por un plano internervioso (es decir, sin atravesar el territorio anatómico de un nervio evitando así dañarlo) e intermuscular. Todo esto permite implantar la prótesis de una forma segura, con disecciones quirúrgicas mínimas y preservando la función de los músculos y los ligamentos de la cadera, lo que disminuye el riesgo de luxación o dislocación de la prótesis. Este abordaje es también beneficioso en lo que respecta al control del dolor y recuperación postoperatorios, permitiendo una vida normal en el plazo de unas pocas semanas.

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