Gonzalo y Alba Vinuesa, la cantera española que compite por ir a un Mundial de rugby

26/03/2021

En vísperas del partido de los Leones en Portugal, los hermanos Vinuesa, jugadores internacionales de Complutense Cisneros, cuentan su experiencia en la élite española.

Gonzalo y Alba Vinuesa, jugadores de las selecciones españolas de rugby
Gonzalo y Alba Vinuesa, jugadores de las selecciones españolas de rugby[/caption]

Cuando los hermanos Gonzalo y Alba Vinuesa se encuentran, después de días sin verse, se saludan con la mirada y un gesto de cabeza. Minutos después, pasándose el balón, se muestran relajados. Y cuando el fotógrafo Alberto di Lolli le pide a él que la eleve en un placaje exagerado, las risas componen una imagen que no refleja tanto la dureza de su deporte como la alegría de quienes han trabajado a largo plazo y disfrutan de este momento.

Gonzalo es menor pero más veterano en el rugby. Tiene 19 años y juega desde los cinco, aunque hasta los 14 practicó además el fútbol y el baloncesto. Hace uno que entró en la órbita de la selección absoluta, con la que ha disputado cuatro partidos. Alba tiene 21 pero saltó de la canasta al balón oval hace sólo cuatro. El mes pasado ganó el Campeonato de Europa con las Leonas, con las que se ha alineado media docena de veces.

La breve cita para los fotos tiene lugar tras el último entrenamiento de la selección masculina antes de partir a Portugal, donde este sábado juega (16:00 GolTV) otro partido de clasificación para el Mundial de Francia 2023. Vinuesa no viaja a Lisboa pero es asiduo en las concentraciones y disputó los minutos finales del encuentro ante la exigente Georgia. Se ha formado en las categorías inferiores de Complutense Cisneros, donde su padre es director deportivo. Él los introdujo en el rugby cuando dirigía al primer equipo; por influencia de su madre habían comenzado en el basket.

Horas más tarde, Gonzalo describe por teléfono como “un durísimo golpe” la derrota -el pasado sábado- en Rumanía de los Leones pero está convencido de que la superarán. Han perdido por un margen ajustado los dos primeros choques. “Esto es una carrera de fondo, quedan ocho partidos, no hay nada acabado”, dice. Seis equipos se disputan dos plazas directas y una tercera a una repesca.

De Portugal, una selección de cantera, destaca que “en tres cuartos son muy rápidos, desequilibrantes, tienen buenas formaciones fijas y te pueden crear problemas desde cualquier parte del campo”. Frente a ellos, considera Gonzalo Vinuesa, España debería desplegar “una defensa sólida, su maul envidiable y el juego ofensivo que no tiene ningún otro equipo”. Pero este último factor hasta ahora ha aparecido poco.

Con la vista en el Mundial se halla a la vez Alba, quien ha sufrido con las Leonas el aplazamiento del partido contra Irlanda que podía abrirles paso a Nueva Zelanda 2021. El torneo y las eliminatorias de acceso se han pospuesto por la pandemia. “Estábamos en nuestro pico más alto, hubiésemos ganado, pero lo volveremos a preparar igual de bien en agosto y, en septiembre, a demostrar que queremos esa plaza”, asegura.

Define el estilo de las Leonas como “muy abierto, muy variado, continuo”, desarrollado a partir de “una delantera superágil y una línea muy rápida y muy hábil con las manos“. Alba se incorporó a la selección de José Antonio Barrio Yunque en la renovación del conjunto tras el Mundial 2017. Apenas llevaba año y medio en el rugby. Hace sólo cuatro dejó el baloncesto, donde jugaba de alero, porque sintió que “necesitaba un cambio”. Su padre le animó a probar un entrenamiento del equipo senior de Cisneros.

“Me gustó el juego, el compañerismo, me divertí, me sentí muy cómoda”, recuerda. Empezó a aprender. Las normas y las habilidades. A quitarse el miedo. “Con los primeros golpes te espabilas”. Superó un año parada por una lesión de cadera. Hoy es internacional y capitana -“un honor”- de un equipo que pelea por la Liga Iberdrola.

De “honor” y “orgullo” habla también Gonzalo al citar su primer partido en la máxima categoría nacional. “No esperaba empezar en el primer equipo. Estaba en una concentración con la selección sub-20, me llama el entrenador y me dice ‘sales de titular contra Alcobendas’. Debutar en el Estadio Central con mi afición fue una locura”. Tenía 18 años y como rival, en su misma posición, al experimentado neozelandés Brad Linklater, ahora compañero en los Leones.

Complutense Cisneros ganó aquel día contra pronóstico con Vinuesa jugando como medio de apertura, el encargado de dirigir el ataque cuando el balón sale de la delantera. Un puesto de gran responsabilidad que en muchos clubes suelen ocupar jugadores profesionales extranjeros. “He tenido que coger mucho peso, que mejorar con el pie, pero lo más importante es el tema mental. Cualquier apertura tiene que saber manejar los partidos y la situación de juego“, explica sobre su adaptación a la División de Honor.

Esta temporada, con su equipo en la zona templada de la Liga, se siente a gusto en el “ambiente genial” del equipo nacional de Santiago Santos. Aunque el seleccionador está apostando por los veteranos en los partidos más comprometidos, Gonzalo agradece la acogida a “todos los chavales”, alguno de los cuales le dobla en edad. “Sólo aprendo de ellos y, lo que se pueda aportar, se aporta”.

En un hipotético equipo Vinuesa, él le daría el balón a ella, que puede formar como centro, posición crucial en el ataque y la defensa a campo abierto, o como ala, para galopar hacia el ensayo. Anotó cuatro en el último partido de las Leonas. Para ella, Gonzalo es “autoexigente y con disfrute, siempre va a pasárselo bien, no se lo piensa dos veces”. Él dice de su hermana que es “muy versátil, una grandísima jugadora a la que le ha aportado mucho el baloncesto”, un deporte del que obtuvieron “visión de juego y manos”. La formación familiar se completa con una tercera hermana dedicada al basket y un cuarto, rugbier sub-14, que amenaza a Gonzalo con quitarle el puesto cuando suba a senior.

Más que competencia, él reconoce “algún vacile, de buen rollo” sobre el número de internacionalidades. “Después de los partidos viene y me dice cosas para corregirme, pero también de cachondeo; yo me las tomo a risa e intento aprender”, acaba confesando ella.

En un rugby cada vez más profesional se sitúan en un entorno de alta competición que les apoya aunque no les permita dedicación exclusiva. Invierten mucho tiempo y mucho tiempo les queda por delante. Dada su juventud, podrían ir al próximo Mundial y hasta a los dos siguientes… si España se clasifica. “Jugarlo es un sueño, llevamos cuatro años preparándonos y tenemos que ir sí o sí”, comenta Alba sobre las Leonas.

FUENTE: